Creemos que la Biblia es la única, inspirada e infalible Palabra de Dios; creemos que la única forma de conocer al Padre, es por la revelación del Señor Jesucristo conforme lo señala Juan 1:18:
“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”;
creemos en la deidad de Cristo, en su nacimiento de una virgen, en su vida sin pecado, en sus milagros, en su muerte expiatoria a través de su sangre derramada, en la resurrección de su cuerpo, en su ascensión a la diestra del Padre y en su presente ministerio sacerdotal.
Creemos en el fervor y esfuerzo evangelístico y misionero; creemos lo que Dios manifiesta en Tito capítulo dos, versículos tres al siete:
“Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”
Creemos en la santificación y santidad del corazón y en la vida venidera como Dios la designó para la Iglesia que es la Esposa de Cristo; creemos en el Bautismo por el Espíritu Santo como en el día de Pentecostés y en el continuo ministerio del Espíritu Santo, evidenciado en dones carismáticos y ministerios; y en el fruto del Espíritu en la vida del creyente; creemos en la inminente venida personal de Cristo en poder y gran gloria, y en Su presente y eterno dominio; creemos en la resurrección de ambos, los salvos y los perdidos; aquellos que son salvos para vida eterna y aquellos que están perdidos para eterno castigo.
Los objetivos de la Iglesia “MINISTERIOS SILOÉ” se encuentran establecidos en Efesios capitulo cuatro, versículos doce al quince: “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la Fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo…siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es Cristo”